23/9/09

LO QUE JUANES DEBERIA CONTAR

Lo que Juanes debería contar, con la misma HONESTIDAD Y FERVOR con que defendió el concierto APOLITICO, es cuáles fueron esas concesiones que pactaron con el gobierno cubano para poder hacer este concierto por la paz en Cuba.
Esta es la transcripción de lo que dijo Bosé en la discusión con las autoridades cubanas, en el lobby del Hotel Nacional:
“Aquí lo digo, no se hace el concierto, que no se hace el concierto, porque no podemos más, ya cumplimos con todas las buenas voluntades y con todo lo que se nos pidió, todo, todo, todo lo hemos pactado, todo, hemos hecho todo, hemos cumplido con todo, venimos con buena voluntad y lo digo aquí… a quien pueda que lo haga ya, si nos prohíben, no va el concierto”.
¡Oh, sorpresa! ¡Resulta a ser que ellos mismos se descubren, y a pesar de que siempre dijeron que no habían hecho concesiones al gobierno, sí las hicieron! Y muchas, al parecer .
Y queda claro que esas concesiones fueron: permitir que el gobierno cubano no dejara cantar ni a Los aldeanos, ni a Silvito el Libre, ni a Gorki, entre otras.
Y en el video Bosé parece un lunático, repitiendo como cinco veces la palabra TODO. Eso nos da la medida de que pactaron muchísimas cosas, muchas más de lo que esperaban o imaginaban que iban a pactar, muchas más de las que cuentan o dicen, muchas más de las que quisieran admitir ante ellos mismos, quizás, ante sus conciencias.
Juanes debería, con la misma honestidad con que defendió el concierto, denunciar ahora todas las presiones a las que lo sometió el gobierno cubano.
Cuento que nos debe.
Testimonio que lo haría, ante mis ojos, un hombre verdaderamente consecuente. Denunciar una dictadura y sus metodos de represión es también un gran favor que se le hace a la paz.

Debería salir a reconocer, con honestidad y públicamente, que el exilio no estaba equivocado, que no somos los trogloditas paranoicos que siempre ven al Diablo detrás de todo.

Debería reconocer que él pecó de ingenuidad -y no hay ningún pecado en tener buenas intenciones; a estas alturas, sí creo que sus intenciones eran buenas-, pero debería también reconocerle al César, lo que es del César.
Y no evitar a la prensa.
Y no quedarse callado.
Porque entonces, vuelvo a tener la desconfianza del principio.
¿Por qué Juanes no cuenta y reconoce ante el mundo y ante el exilio, una verdad que él ya no puede seguir negando, porque la acaba de vivir en carne propia: que los manipularon en Cuba, que tuvieron que hacer muchísimas concesiones para ir a cantarle al pueblo, que el gobierno puso una valla para separarlos del público, que pusieron a las personas adeptas al régimen delante, tal y como se lo advirtió el "exilio intolerante e intransigente". Y que el gobierno detuvo y amenazó a todo aquel que era considerado un peligro para la “paz” del concierto y les advirtió que no se aparecieran, ni por asomo, en la pacífica Plaza.
Cuando Juanes comenzó a ser criticado por el exilio –y advertido de todo lo que le esperaba en la Habana-, Juanes dio entrevistas a medio mundo, pero ahora, Juanes se calla, Juanes se esconde, Juanes evita la prensa y ahora no tiene nada que decir, se quedó mudo.
Ahora que él sabe, que ya conoce, que ya vivió la revolución en carne propia.
Ahora que pudo constatar que a pesar de toda la impunidad que le daba su fama, el ser un extranjero, y a pesar incluso de toda su buena voluntad, a pesar de que estaba arriesgando su carrera, su prestigio, a pesar de su pasaporte de hombre libre y de todas las cámaras del mundo respaldándolo, a pesar de todo, el régimen se encargó de darle una probadita de lo que los cubanos tenemos hace cincuenta años.
Y Juanes ya puede reflexionar, con calma, en la tranquilidad de su casa de Key Biscayne, que el Diablo pacta, pero casi nunca cumple, que el Diablo se ensaña, que no le importan acuerdos ni la paz, ni los concierticos, ni los artistas extranjeros y sus buenas intenciones.
Ya experimentó en carne propia que el Diablo sí controla, sí manipula, sí reprime, aún cuando te prometa no hacerlo.
Porque los ingenuos que viven en sociedades demócratas no acaban de entender que las dictaduras tienen compulsiones, como los asesinos en serie. Los gobiernos totalitarios y represivos no pueden dejar de hacer lo que mejor saben hacer: vigilar, controlar, reprimir.
Y las frases de “Una sola familia”, “Cuba libre”, ¿que significaron en realidad? ¿No se pasó casi dos meses defendiendo la idea de que este no era un concierto político?
¿No nos acusó Juanes al exilio de querer politizarlo todo? ¿Por qué Juanes traiciona en el último momento todo lo que él mismo defendió? ¿Por qué Juanes que hablaba de paz, terminó cogiendo por el cuello a un agente de la seguridad cubana, en el Hotel Nacional? ¿Por qué el mismo Juanes, quien hizo tanta campaña explicando que él y el gobierno cubano habían acordado que no se gritarían consignas y que ni siquiera habría un presentador para evitar que se politizara el evento, terminó gritando Cuba Libre, Cuba Libre? ¿O sería que el colombiano tendría sed y lo que estaba pidiendo era el famoso trago, hecho de ron y coca cola?
Y perdónenme si les aguo la fiesta a aquellos que dicen que nadie ha gritado antes LIBERTAD en la Plaza de la Revolución, porque no es cierto. Las Damas de Blanco lo hicieron y todos los días lo hacen, piden Libertad para Cuba y para sus esposos presos, todos los periodistas disidentes presos y condenados por el gobierno castrista a decenas de años por hacer lo que Juanes hizo en la Plaza: pedir Libertad.
Por decir lo que dijo Olga Tañón, tan rencorosa con el exilio y con la prensa charlatana del mundo libre: "que es tiempo de cambiar". En Cuba han habido miles de personas presas por decir esa frase que ella dijo con tanta naturalidad y sin ningún costo, en el concierto del domingo.
Pero ahora a Juanes parece que no le conviene hablar con la prensa.
Ahora la publicidad ya le da igual.
La propaganda está hecha.
El concierto terminado.
Y el pueblo cubano es hermoso, sí. Y da lástima. Y yo me imagino que por eso las lágrimas y la emoción de Olguita y de Bosé y del propio Juanes. Debieron estar tan emocionados, tan rebasados por todo lo vivido, por las concesiones, por el pacto, por lav vigilancia a que fueron sometidos, por la presión, por el miedo, por los reclamos y las exigencias del exilio, por las amenazas de Saavedra y la represión de Castro de la cual fueron testigos en primera fila.
¿O estaré leyendo mal?. ¿Estaré malinterpretando?
¿Seré yo la ingenua y me estaré imaginando cosas que no son?
No quiero seguir especulando, y por eso, necesito que el señor Juanes nos explique, nos cuente.
Que alguien le pregunte a Juanes:
Cuando gritó en la Plaza que “había vencido el miedo“ para estar allí, ¿que quiso decir?
¿Miedo a quién?
¿Miedo a la dictadura o miedo cuando se dieron cuenta de que todo lo que el exilio les dijo, finalmente, les sucedió?
¿Sería miedo a Fidel o a Saavedra?
Eso no me quedó claro. Y por eso no quiero pecar de optimista. Aunque toda la prensa dé por sentado que Juanes se comportó como un Superhéroe, que dijo lo que nadie ha dicho e hizo lo que nadie ha hecho.

Y me emocionó que Olga Tañón le haya enviado un mensaje a una cubana que hace veinte años que no ve a su padre, quien vive en Miami, aunque me hubiera gustado también que Olga dijera el nombre del culpable de esa separación. Pero a lo mejor Olga no lo sabe. No hay que ser demasiado exigentes. ¡Estos artistas no son políticos! Y, además, Olga confunde Utopía con Etiopía, como vimos en una entrevista, así que debe ser por eso.
A lo mejor ella quería cantar en Etiopía, pero le dijeron que está muy lejos y por eso prefirió cantar en Utopía, que solo queda a noventa millas de Miami. Muy conveniente: un avioncito para allá, (cuarenta y cinco minutos de vuelo, aunque a veces cueste 20 años o 40 dar ese viajecito y aunque hay miles que han muerto sin poder darlo), y cuarenta y cinco minutos de regreso. Dos horitas y luego a retocarse el bótox.
No la culpo, entonces, porque ella no sabe la diferencia entre Utopia y Etiopía.
Aunque para ser honesta, Olga Tañón me emociona y me confunde.
Por un lado, parece muy enojada con “alguien”, aunque no deja claro quién, porque al parecer con el exilio no es. Según sus propias palabras, la periodista Graciela Mori le dio una bufanda de la paz, para que llevara a Cuba. Y Olga le envió un mensaje a una cubana que hace veinte años no ve a su padre, quien vive en Miami. Y tiene miles de amigos cubanos en el exilio que adora.
Pero Olga tampoco cuenta, tampoco aclara y hay algo que, sin dudas, la molesta. Quizás le molesta haberse equivocado.
Y por otro lado, ha dicho que el corazón del exilio es negro. Y ya no sabemos bien si está con Dios o con el Diablo.
Quizás está enojada con ella misma, porque no puede reconocer que se equivocó. Tenía esperanzas de que en Cuba las cosas serían como ella las imaginó y, realmente, la valla, el agente, el control, la vigilancia, seguramente la dejaron muy decepcionada.
Quizás pensó que se le jodió el sueño de que Puerto Rico fuera libre, alguna vez, como ella pensó que lo era Cuba. Pero la realidad le demostró que es mejor seguir entonando el himno de Estados Unidos, a que los niños puertorriqueños tengan que gritar en las mañanas "Seremos como el Che".
Y Bosé, según la prensa española, también se mostró muy valiente, porque a pesar de que él mismo se desgañita en el videito, gritando que lo PACTARON TODO, TODO, parece que es un acto TREMENDO de valentía oponerse a la valla, vaya, a pesar de haberlo pactado TODO y haberle dicho QUE Sí A TODO.
Pero la valla, ¡eso sí que no!
Porque a Bosé le gusta tanto el calor del pueblo cubano que la valllita esa, claro que lo molestó. Porque además, él casi no tiene voz y como casi susurra sus canciones y con el mal audio que había ¡no iba a permitir que no lo escucharan ni siquiera los de la primera fila!
Pero bueno, no nos pongamos exigentes con Bosé tampoco.
Después de todo, el concierto quedó bonito.
Y al gobierno cubano lo de los griticos parece que se les fue de las manos y eso sí me gustó muchísimo.
Porque al parecer jodieron tanto a estos artistas apolíticos, que finalmente terminaron gritando lo que ellos mismos se juraron no gritar.
El gobierno cubano, en solo tres días, le colmó tanto la paciencia a Juanes, que el colombiano al final se cagó en su buena voluntad y terminó gritando Cuba Libre, en la Plaza.

Me imagino, y eso me pone muy contenta, que Juanes ahora nos entiende muchísimo más a los del exilio.

Creo que ahora sí terminó su diplomado en el asunto cubano.
Pero a mí lo que me preocupa es que todo está muy bonito, pero para el mundo, el exilio quedó otra vez como el “exilio intolerante”.
Porque los responsables de este concierto no han contado la otra parte de la historia, la que siempre falta decirle al mundo, la que nunca cuentan aquellos que adoran al régimen de la Habana, aquellos amantes de la Revolución, lo que nunca cuentan los ingenuos de buena voluntad como Juanes o los cómplices a cara descubierta del gobierno castrista, sean soldados incondicionales del comunismo o simples turistas ideológicos voluntarios.
Y esa es la historia que AHORA nos debe Juanes. El cuentecito de TODO lo que tuvieron que pactar, acordar, aceptar.
Y sí, creo en sus buenas intenciones.
Y sí, me encantó su grito de “Cuba libre” y de “Una sola familia cubana”.
Pero también estoy segura de que si el gobierno cubano hubiera sido más sutil con el control y la vigilancia, quizás Juanes no hubiera gritado nada en esa Plaza y hubiera cumplido con LO PACTADO, como dijo Bosé.
Pero Juanes estaba molesto porque descubrió que le habían puesto un agente de la seguridad para seguirlo todo el tiempo, porque se dio cuenta que el gobierno cubano hace en Cuba lo que le da la gana. Y que todo lo que se movía, desde los meseros hasta las moscas del restaurante en el Hotel Nacional, seguramente llevaban oculto un micrófono. Y simplemente, Juanes perdió la paciencia y decidió romper las reglas, lo pactado y decidió gritar, a última hora, lo que se le dio la gana.
¿Y la libertad de Cuba? Bueno, no somos tan ingenuos para creernos que un concierto iba a cambiar algo, ¿o alguien se lo creyó?
Hace mucho tiempo que deberíamos de tener más que aprendida la lección: que la libertad de Cuba es cosa de los cubanos y que nadie puede hacer lo que nosotros no seamos capaces de hacer. Mucho menos un grupo de cantantes tan “apolíticos” como estos y, para colmo, tan afónicos.
Pero yo insisto, me muero de ganas por ponerle un micrófono delante al señor Juanes, para preguntarle, para que me explique, parce: ¿Qué quiso decir Bosé con eso de CUMPLIMOS CON TODO, TODO, TODO?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te diré que el cabreo de Miguel Bosé está saliendo constantemente en los medios. Y te diré también que la mayoría de la gente en este país está esperando saber qué se cocinó ahí dentro. Espero que se le pidan explicaciones, tanto a él como a Juanes porque, de verdad, se nos deben.
PD. ya me tardabas.
Bicos gaitas.

Anónimo dijo...

No sólo Juanes, Bosé y Olga sino casi todos los periodistas que fueron al concierto regresaron de Cuba impactados por lo que vieron. Como tú dices, hace falta que lo cuenten todo, todo, todo, con honestidad y objetividad. Que se reúnan todos y hagan una "Crónica sin fronteras" y le digan al mundo de qué lado está el odio y la intolerancia, donde está la causa de tanto exilio... Ahora pueden contarlo, ya no tienen que autocensurarse porque ya se dio el concierto. Yo lo entiendo, lo he vivido, la censura del gobierno cubano es tan brutal que es capaz de acallar hasta a los hombres libres.